domingo, 27 de marzo de 2011

El mar desprende niveles máximos de radiactividad



La radiactividad de la central nuclear de Fukushima I se ha convertido en una potencial amenaza para el mar. La agencia de seguridad atómica de Japón aseguró ayer que el nivel de radiación en el océano junto a la planta atómica se ha disparado en los últimos días, hasta alcanzar 1.250 veces el límite legal en las mediciones efectuadas el viernes pasado. "Este es un nivel relativamente alto", dijo Hidehiko Nishiyama, portavoz de la agencia, en una rueda de prensa emitida por televisión.

El terremoto y el tsunami ocurridos el pasado 11 de marzo en la costa nororiental de Japón provocaron 10.151 muertos y 17.053 desaparecidos y dañaron gravemente el complejo nuclear, lo que ha producido una serie de fugas radiactivas que han contaminado agua, verduras y leche en las prefecturas vecinas.

Las mediciones facilitadas por Tokyo Electric Power (Tepco), la compañía que opera Fukushima, suponen un incremento importante de la radiación en el agua del mar respecto a las efectuadas el martes, cuando el nivel de yodo 131 fue de 126 veces el tope legal, y el jueves, cuando fue 145 veces más alto. Fueron realizadas a 330 metros de la costa.

Beber medio litro de agua dulce con el nivel de radiactividad encontrado el viernes expondría a una persona a la dosis máxima permitida en un año, según Nishiyama, quien descartó que la contaminación suponga una amenaza para la vida marina y la seguridad en el consumo de pescado. "Hablando en general, el material radiactivo soltado al mar será dispersado por las corrientes, así que haría falta mucho más para que las algas y la vida marina lo absorbieran", afirmó.

También dijo que, dado que el tiempo en que el yodo radiactivo se reduce a la mitad es de ocho días, "para cuando la gente coma productos del mar, las cantidades habrán disminuido probablemente de forma significativa".

Sin embargo, Tepco aseguró que los niveles de cesio 137, que tiene un ciclo de reducción de unos 30 años, eran 79,6 veces el máximo legal. El Gobierno aseguró que a 30 kilómetros de la costa, los niveles de yodo 131 estaban dentro de los límites aceptables.

Aunque las palabras de Nishiyama intentan enviar un mensaje de tranquilidad a la población, el anuncio del aumento de radiactividad en el mar provocará probablemente una nueva señal de alerta internacional. Varios países, como Estados Unidos, Australia, Singapur y Rusia, han prohibido la importación de alimentos procedentes de las prefecturas cercanas a Fukushima I, después de que fueran detectadas altas dosis de radiación en la leche y una docena de tipos de verduras de esta zona. Algunos Gobiernos habían puesto ya bajo vigilancia las importaciones de pescado y marisco japonés, unas medidas que probablemente ahora se intensificarán.

En la central, los técnicos continuaron trabajando para estabilizar los reactores, tras las sospechas surgidas el viernes pasado de que la unidad 3 -de un total de seis- podría haber sufrido una grieta.

La agencia de seguridad nuclear dijo ayer que la temperatura y la presión en todos los reactores se han estabilizado. Tras haberlos rociado durante días con agua de mar para bajar la temperatura, los ingenieros han comenzado a bombear agua dulce para evitar los efectos corrosivos del agua salada. Estados Unidos ha enviado dos barcazas con agua desde una de sus bases navales, cercana a Tokio.

En el noreste del país, los equipos de rescate siguen buscando cadáveres entre la devastación causada por el terremoto y el tsunami, mientras más de 250.000 personas siguen en campos de desplazados. Sin embargo, la distribución de ayuda y comida y el servicio de electricidad han mejorado.

En Tokio, la vida ha vuelto en gran medida a la normalidad, aunque algunos japoneses y extranjeros siguen aún en el sur del país o en el extranjero. Los supermercados continúan con problemas de abastecimiento de agua mineral, ya que la población ha acaparado botellas tras la detección temporal en el agua del grifo de la capital de niveles de radiación superiores a los admisibles para los bebés.



Aumenta el número de víctimas del tsunami

Nueva información que se une a los nuevos datos de víctimas que la policía japonesa facilita a diario. El último balance cifra en 10.489 los fallecidos, mientras que otras 16.621 personas se encuentran aún desaparecidas. Además de unas 240.000 personas refugiadas en 1.900 centros de evacuación a raíz del desastre, que supone la peor crisis de Japón tras la II Guerra Mundial.

Cuando el nivel conocido ya era una potencial amenaza para el mar con 1.250 veces más de radiactividad que el límite legal, el portavoz de la agencia de seguridad nuclear japonesa ya confirmaba que se trataba de un nivel "relativamente alto". Además de contaminar el agua, las fugas radiactivas como consecuencia de los problemas en la central han contaminado agua, verduras y leche en las prefecturas vecinas; lo que ha llevado a muchos países a prohibir la importación de productos de la zona.

Las mediciones facilitadas por Tokyo Electric Power (Tepco), la compañía que opera Fukushima, suponen un incremento importante de la radiación en el agua del mar respecto a las efectuadas el martes, cuando el nivel de yodo 131 fue de 126 veces el tope legal, y el jueves, cuando fue 145 veces más alto. Fueron realizadas a 330 metros de la costa.

Radiactividad en aumento, y sin control...



Crece la preocupación por el estado de la central nuclear de Fukushima 1, afectada por el seísmo y el tsunami del 11 de marzo. En el reactor 2 han sido detectados niveles de radiación muy superiores a los normales, según informa Tepco, la compañía que opera la planta, lo que ha obligado a evacuar a los técnicos que trabajaban para intentar repararlo. Pese a que en primera instancia se informó de niveles 10 millones superiores a lo normal, Tepco ha informado en una rueda de prensa posterior que ha errado en las mediciones. "Se ha producido una confusión entre el yodo 134 y el cobalto 56", ha declarado Sakae Muto, vicepresidente de la empresa. Tepco volverá a realizar un análisis de los niveles de radiación. No obstante, se mantiene la evacuación de los trabajadores.

El agua radiactiva dentro de la planta impide a los trabajadores la restauración de los sistemas de refrigeración de la central nuclear, algo fundamental para evitar la fusión de los núcleos. Mientras, el OIEA ha anunciado esta mañana que en el reactor 1 se ha detectado la presencia de yodo 131, cesio 137 y cesio 134 a niveles comparables a los de la zona del reactor 3 donde tres trabajadores resultaron heridos el pasado jueves.

Rafael Grossi, subdirector general adjunto del Organismo Internacional de la Energía Atómica(OIEA), decía ayer mismo a este periódico que la situación en la central de Fukushima es grave y que "en cualquier momento" puede degradarse. También hoy se ha conocido que la mayoría de los ciudadanos japoneses , el 58%, suspenden la gestión del Gobierno ante la crisis nuclear que ha dañado la central nuclear de Fukushima I, mientras que el 39,3% ha expresado su aprobación, según cifras de una reciente encuesta de la agencia Kyodo News publicada hoy.

Además, la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial japonesa ha informado esta madrugada (hora española) de que los niveles de yodo radiactivo en el agua de mar recogida en las inmediaciones de la central nuclear de Fukushima-1 supera ya en 1.850 veces el límite legal. Las muestras tomadas ayer mostraban unos niveles 1.250 veces superior al límite. El portavoz de la Agencia, Hidehiko Nishiyama, ha señalado que las fugas de los reactores son las responsables de estos altos niveles de radiación, ya que el agua que ha llegado al mar había estado previamente acumulada en los edificios que alojan las turbinas.


Intentos de estabilizar los reactores

En la central, los técnicos continuaron trabajando para estabilizar los reactores, tras las sospechas surgidas el viernes pasado de que la unidad 3 -de un total de seis- podría haber sufrido una grieta. La agencia de seguridad nuclear dijo ayer que la temperatura y la presión en todos los reactores se han estabilizado. Tras haberlos rociado durante días con agua de mar para bajar la temperatura -lo que estaría en el origen de la actual contaminación del agua-, los ingenieros han comenzado a bombear agua dulce para evitar los efectos corrosivos del agua salada. Estados Unidos ha enviado dos barcazas con agua desde una de sus bases navales, cercana a Tokio.

En el noreste del país, los equipos de rescate siguen buscando cadáveres entre la devastación causada por el terremoto y el tsunami , mientras más de 250.000 personas siguen en campos de desplazados. Sin embargo, la distribución de ayuda y comida y el servicio de electricidad han mejorado.

En Tokio, la vida ha vuelto en gran medida a la normalidad, aunque algunos japoneses y extranjeros siguen aún en el sur del país o en el extranjero. Los supermercados continúan con problemas de abastecimiento de agua mineral, ya que la población ha acaparado botellas tras la detección temporal en el agua del grifo de la capital de niveles de radiación superiores a los admisibles para los bebés.

Operarios heridos

De los tres operarios del reactor 3 que han sido hospitalizados entraron en contacto con agua radiactiva a un nivel 10.000 veces superior al normal, y dos de ellos tuvieron que ser ingresados. En sus últimos comunicados sobre la situación en Fukushima, el OIEA ha indicado que en los dos trabajadores ingresados "ha sido confirmada una importante contaminación de la piel en las piernas".

Los dos operarios recibieron dosis de entre 2 y 6 sieverts (2.000-6.000 milisievert), niveles que pueden resultar fatales. Sin embargo, el OIEA indica que "aunque los pacientes no necesitan tratamiento médico, los médicos han decidido mantenerlos en el hospital para seguir su evolución durante los próximos días".


Peligro en el consumo directo

Beber medio litro de agua dulce con el actual nivel de radiactividad expondría a una persona a la dosis máxima permitida en un año, según Nishiyama, quien descartó que la contaminación suponga una amenaza para la vida marina y la seguridad en el consumo de pescado. "Hablando en general, el material radiactivo soltado al mar será dispersado por las corrientes, así que haría falta mucho más para que las algas y la vida marina lo absorbieran", afirmó. También dijo que, dado que el tiempo en que el yodo radiactivo se reduce a la mitad es de ocho días, "para cuando la gente coma productos del mar, las cantidades habrán disminuido probablemente de forma significativa". Sin embargo, Tepco aseguró que los niveles de cesio 137, que tiene un ciclo de reducción de unos 30 años, eran 79,6 veces el máximo legal. El Gobierno aseguró que a 30 kilómetros de la costa, los niveles de yodo 131 estaban dentro de los límites aceptables.

Aunque las palabras de Nishiyama intentan enviar un mensaje de tranquilidad a la población, el anuncio del aumento de radiactividad en el mar provocará probablemente una nueva señal de alerta internacional. Varios países, como Estados Unidos, Australia, Singapur y Rusia, han prohibido la importación de alimentos procedentes de las prefecturas cercanas a Fukushima I, después de que fueran detectadas altas dosis de radiación en la leche y una docena de tipos de verduras de esta zona. Algunos Gobiernos habían puesto ya bajo vigilancia las importaciones de pescado y marisco japonés, unas medidas que probablemente ahora se intensificarán.