sábado, 26 de marzo de 2011

El radio de peligrosidad aumenta, la cosa se pone fea...



Los niveles de radiactividad comienzan a ser preocupantes en Japón, no sólo porque están llegando a lugares alejados, como la capital, a través del aire, el agua y los alimentos, sino porque el radio contaminado alrededor de la central de Fukushima 1 -a 240 kilómetros al norte de Tokio- se amplía. Esta madrugada, hora española, así lo ha confirmado el canal de televisión japonés NHK, que ha informado de que los niveles superan los límites permitidos en cinco prefecturas: Fukushima, Ibaraki, Chiba, Saitama y Tochigi. Además, el ministro portavoz, Yukio Edano, ha animado a los habitantes que viven en el tramo que está entre 20 y 30 kilómetros de distancia de la planta a que abandonen sus casas y se dirijan a los refugios habilitados por el Gobierno, que ya acogen a los evacuados anteriormente (los que viven en un radio de 20 kilómetros).

La lucha para controlar la emisión de radiación desde la central, dañada tras el terremoto y posterior tsunami hace dos semanas, continúa sin mucho éxito. Las últimas noticias publicadas por la agencia Kyodo indican que el ministro de Defensa ha confirmado que el Ejército estadounidense va a colaborar en la inyección de agua para tratar de enfriar los reactores. El más peligroso continúa siendo el reactor 3, cuyo interior no sólo aloja uranio sino también plutonio. El New York Times, citando a Hidehiko Nishiyama, director general operativo de la Agencia Japonesa de Seguridad Nuclear e Industrial, indica que la vasija de contención podría tener una brecha que sería la causa de tanta liberación de radiactividad. Sin embargo, más tarde la misma Agencia, citada por REUTERS, ha indicado que no hay datos suficientes que indiquen que el reactor 3 tenga una fisura. Mientras tanto, el primer ministro japonés, Naoto Kan, ha dicho en rueda de prensa que el estado de la planta nuclear de Fukushima "todavía es muy precario. La situación no está empeorando, pero no hay tiempo para la complacencia", recoge REUTERS.

La elevada radiactividad dificulta los esfuerzos de los operarios para restablecer la refrigeración en algunas áreas de la central nuclear de Fukushima, donde se ha detectado agua con una radiación 10.000 veces superior a la normal. El Ejército de EE UU proveerá de agua para ayudar a enfriar la planta, según ha informado esta madrugada la agencia nipona Kyodo.

El miedo a la radiactividad en el aire, el agua y los alimentos, y la posibilidad de que se produzca un nuevo terremoto han sembrado la ansiedad en Tokio. Los residentes de la capital se abalanzaron ayer sobre los supermercados e hicieron acopio de agua mineral, después de que el miércoles pasado las autoridades aconsejaran que no se dé agua del grifo a los niños pequeños porque habían sido detectados niveles de radiación más de dos veces superiores a lo permisible para los bebés. Algunas tiendas comenzaron a racionar el agua, la leche, el arroz y otros productos.

La alerta comienza a extenderse a los países vecinos, que han comenzado a prohibir la importación de productos japoneses procedentes de la zona donde se encuentra la central. Los últimos en sumarse ha sido Corea del Sur y China, que lo han anunciado a primera hora de hoy (hora española). Por otro lado, China ha anunciado que han llegado a su territorio dos japoneses cuyos niveles de radiactividad "exceden los límites seriamente", informa REUTERS. La agencia de Aduanas han confirmado que los dos japoneses procedían de Tokio, y han llegado en avión a Wuxi, una localidad en el este de China y que están recibiendo tratamiento médico.

El Gobierno dijo ayer, sin embargo, que la radiactividad en el agua había vuelto a niveles normales en Tokio, pidió a la gente que no acopie productos y envió trabajadores a distribuir agua a las familias de los 80.000 niños menores de un año registrados en la ciudad. Pero también aseguró que habían sido detectadas cantidades elevadas de isótopos en el agua en las vecinas prefecturas de Chiba y Saitama. El Gobierno metropolitano de Tokio afirmó ayer que impulsará la distribución de botellas adicionales de agua mineral tanto en Tokio como en las ciudades satélite.

La amenaza de radiactividad y contaminación en comida y agua, y las continuas réplicas de temblores de tierra han sumido a los habitantes de Tokio en un estado de ansiedad. La sucesión de noticias negativas y positivas continúa provocando inquietud entre los ciudadanos, algunos de los cuales están pensando en dejar definitivamente su trabajo y su casa en la capital y mudarse al sur del país. Es el caso de Hiroyuki Takizawa, un joven de 27 años, que trabaja en el sector inmobiliario. "Muchos de mis amigos se fueron la semana pasada de Tokio. Algunos incluso se fueron al extranjero con la excusa de unas vacaciones. El problema de Fukushima, la radiación en la comida y el agua me asustan. Además, está la amenaza de que se produzca un gran terremoto en el futuro en la zona de Tokio. Mucha gente no sabe qué hacer. Yo, tampoco. ¿Debo quedarme, trabajar y contribuir a la economía? ¿O debo irme al sur?", dice este joven, que vive en Chiba.

Takizawa asegura que, aunque sus padres no quieren irse de Tokio, él y su mujer están pensando dejar sus trabajos y mudarse a Osaka o Nagoya. "Mi cuñado vive en Kobe y puede ayudarme a buscar un empleo", afirma.





Reconstrucción

Mientras tanto, las labores de apoyo y rescate a los cientos de miles de damnificados por el terremoto y el tsunami han experimentado un fuerte impulso. La ayuda está fluyendo y los servicios de telefonía, electricidad y bancarios están volviendo, en algunos casos mediante unidades móviles. A pesar de ello, 660.000 familias continúan sin agua corriente y 209.000, sin electricidad. En la catástrofe murieron 10.019 personas y 17.541 están desaparecidas, según los datos oficiales de esta madrugada.

Responsables de la industria naviera aseguraron que algunos barcos mercantes han comenzado a evitar el puerto de Tokio como precaución ante una posible exposición a radiación.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Problemas para refrigerar los reactores



Los ingenieros japoneses continúan avanzando en el proceso de estabilización de la central nuclear de Fukushima I. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), ha difundido un comunicado en el que actualiza la situación de todos los reactores de la central. Así, siguen las dificultades para refrigerar los reactores 1 y 2, porque los daños que sufren son severos. De momento, el único reactor de los dos conectado a la red eléctrica es el 2 y los técnicos siguen trabajando para conectar el 1, pero su estado está tan degradado que la conexión está tardando más de lo esperado. Mientras tanto, se le sigue bombeando agua de mar. En el interior del reactor 1, por su parte, alerta la Agencia de Seguridad Nuclear, la temperatura se sitúa cerca de los 400 grados centígrados frente al límite de fabricación de 302º para los que fue construido. A pesar de ello, insiste, "no existe un peligro inmediato".

Además, el agua del sistema de refrigeración cubre solo hasta la mitad de las barras de combustible tanto en el reactor 1 como en el 2. Pese a las explosiones registradas, no hay indicios de que las vasijas de contención principal estén deterioradas.

El reactor 3 es el más peligroso, y hoy ha vuelto a salir humo negro, del que se desconoce su origen, y que obligó a una evacuación del personal que trabajaba en él, aunque más tarde ha cesado y el personal ha regresado a su trabajo. Se desconoce cuál es la situación de la piscina de residuos, cuyo sistema de refrigeración sigue estando severamente dañado. Se trabaja en restaurar este sistema tanto en este reactor como en el 4, cuya piscina de combustible usado también está en un estado preocupante, ya que poco antes del terremoto se había trasladado aquí todo el combustible del reactor. El progreso, dice el OIEA, es "incierto". Los indicios sobre el bajo nivel de agua en la piscina de combustible usado y la falta de datos sobre la temperatura tienen preocupados a las autoridades. La empresa operadora de la planta nuclear, Tepco , ha logrado ya conectar electricidad a la sala de control del reactor 3, lo que facilitará el enfriamiento de la unidad, según Kyodo.

Los reactores 5 y 6, los que presentaban menos peligro en principio dado que llevaban mucho tiempo sin funcionar cuando tuvo lugar el terremoto y posterior tsunami, llevan varios días conectados a la red eléctrica. Ambas unidades disponen ahora de suministro eléctrico y están en modo seguro, con temperatura y presión bajas en el reactor. Sin embargo, el OIEA dice en su informe que "reestablecer la energía externa a la planta no signifca que los reactores volverán inmediatamente a los niveles normales de seguridad". Dado que se desconoce la profundidad del daño es difícil establecer un calendario de trabajo.

La crisis de la central de Fukushima, ha hecho surgir las dudas sobre si los directivos de Tepco esperaron demasiado tiempo antes de bombear agua de mar en los reactores para enfriarlos, tras quedar averiado el sistema de refrigeración, porque sabían que esto los inutilizaría definitivamente.

Según Tepco, para quien los grandes bancos de Japón estudian habilitar un fondo de emergencia de un billón de yenes (unos 8.722 millones de euros), las cifras de contaminación del agua no suponen peligro para la salud. La empresa afirmó que habría que beber todo el año ese agua para acumular un milisievert, cuando la gente normalmente está expuesta a entre 1 y 10 milisievert al año como consecuencia de las radiaciones normalmente causadas por sustancias en el aire y el suelo.

La radiación supera en 400 veces los niveles normales

El Ministerio de Ciencia de Japón ha informado de que los niveles de radiactividad detectados en un radio de 40 kilómetros en torno a la central nuclear de Fukushima superan en 400 veces los habituales.

Las autoridades han registrado 43.000 becquerelios de yodo radiactivo y 4.700 de cesio radiactivo apenas a cinco centímetros de profundidad en el suelo ubicado a esta distancia de la planta, en dirección oeste-noroste, según recoge la televisión estatal NHK .

De acuerdo con estas cifras, Keigo Endo, un profesor de la Universidad de Gunma, ha indicado que el yodo y el cesio radiactivos exceden 430 y 47 veces los límites normales de radiación, respectivamente. Esto significa que los residentes en los alrededores de la central podrían estar expuestos a lo largo de un año a una radiación cuatro veces superior a la establecida legalmente. No obstante, ha descartado que suponga un riesgo inmediato para la salud humana.




El Gobierno prevé gastos de entre 130.000 y 217.000 millones de euros

Las estimaciones del Gobierno de Japón apuntan a que las consecuencias del terremoto van a provocar daños por valor de entre 15 y 25 billones de yenes (130.640 y 217.718 millones en euros), según recoge este miércoles el rotativo japonés Nikkei. Este medio, especializado en información económica, se adelanta al anuncio del ministro de Economía, Kaoru Yosano, quien hoy mismo presentará sus estimaciones.

El Banco Mundial prevé, por su parte, que el impacto negativo del terremoto, el tsunami y el accidente nuclear de Fukushima representará entre un 2,5% y un 4% del PIB nipón, lo que implica un coste de entre 122.000 y 235.000 millones de dólares (entre 86.187 y 166.000 millones de euros).



Islandia también detecta partículas radioactivas

Parte del agua de mar usada para refrigerar a la desesperada la nuclear de Fukushima regresó al Pacífico. Parte del agua de mar usada para refrigerar a la desesperada la nuclear de Fukushima regresó al Pacífico. Ayer Islandia, EE UU y Canadá anunciaron que habían encontrado pequeñas dosis de partículas radiactivas en sus costas del Pacífico, y hoy ha sido la Autoridad de Radiación y Seguridad Nuclear de Finlandia (STUK) la que ha anunciado que han detectado concentraciones de yodo superiores al nivel aceptable procedentes de Fukushima en dos estaciones de medición de Helsinki y Rovaniemi (Laponia). Según la agencia nuclear finlandesa, las cantidades de isótopos de yodo 131 detectadas son tan pequeñas (menos de un milibecquerelio por metro cúbico de aire) que no suponen ningún riesgo para la salud. "La concentración de partículas debería ser al menos un millón de veces mayor para que fuera necesario tomar algún tipo de medida", según ha anunciado los responsables de STUK en un comunicado




En el intento a la desesperada por refrigerar la nuclear de Fukushima, Japón recurrió al agua del mar. El esfuerzo parece que ha servido para controlar la temperatura en los reactores, pero parte de ese agua ya contaminada ha vuelto al mar. Además, los vientos dominantes desde el accidente han ido hacia el mar, lo que ha podido ayudar a elevar la radiactividad en el agua. Japón anunció que ha encontrado cesio y yodo radiactivo en el mar a 16 kilómetros de la central, lo que amplía la necesidad de control de los alimentos.

El profesor de ingeniería nuclear de la Universidad Politécnica de Madrid Eduardo Gallego apunta que lo lógico es que la radiación en el Pacífico "se deba al agua usada para refrigerar que haya vuelto al mar". Parte del caudal usado se evapora, pero parte seguro que ha vuelto al océano. "El problema del agua de mar no es el agua en sí, sino los crustáceos, los moluscos y los peces, que acumulan radiación y los tendrán que empezar a controlar", añade Gallego.

La agencia japonesa Kyodo informó de que a 330 metros al sur de la central, el nivel de yodo-136 era 126 veces superior al límite legal, mientras que el de cesio-134 era 24,8 veces superior. A 16 kilómetros al sur de la nuclear, la concentración de yodo-136 seguía estando 16,4 veces por encima del límite legal.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) anunció ayer que Japón se ha comprometido a entregar el jueves resultados de radiación en ocho puntos del mar.

Gallego explica que el yodo es un problema menor que el cesio, porque decae en días. "El hecho de que la mayor parte sea yodo hace pensar que procede del reactor, no de las piscinas de combustible, donde ya no queda yodo". "Si tienes ese nivel en una playa no podría bañarse la gente. Si es local y de pocos kilómetros no tendrá más trascendencia, pero hay que extender la vigilancia", añade Gallego.

La existencia de una posible contaminación en el Pacífico ha sido una preocupación de los ecologistas desde el principio del accidente de Fukushima. Ayer, Greenpeace lanzó el tema como uno de los asuntos que Tokio debe responder. "¿Cuánta radiactividad se ha liberado al mar hasta ahora? ¿Está el Gobierno midiendo la contaminación de peces y otras formas de vida marina?", se preguntó la organización ecologista.



Los alimentos peligran...


La lucha para controlar el desastre en la central nuclear Fukushima 1 continúa. La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón (NISA, por sus siglas en inglés), ha confirmado que el reactor 2 está dando los mayores niveles de radiactividad desde que se tiene registro. De hecho, ha aumentado el temor relacionado con la contaminación radiactiva de los alimentos japoneses. La madrugada pasada (hora española), el primer ministro de Japón, Naoto Kan, pidió a la población que se abstenga de comer verduras de hoja verde que hayan sido cultivadas en las prefecturas de Fukushima y la vecina Ibaraki a consecuencia de los altos niveles de radiactividad encontrados en 11 tipos de hortalizas,informa la agencia Kyodo. Los vegetales contaminados incluyen, según el Ministerio de Salud nipón, el brócoli, las espinacas, la col, el perejil y la coliflor. La leche también está en la lista. Aún así, el OIEA ha asegurado que no hay riesgos para la "salud humana" fuera del área de evacuación. Es lo que ha dicho Graham Andrew, asesor científico del organismo, que ha insistido en Viena en que no se ha identificado hasta ahora "ningún riesgo significativo". También ha admitido que la fauna marina de dos prefecturas cercanas a Fukushima -Chiba y Ibaraki- puede estar contaminada, y por tanto ha aconsejado a las autoridades japonesas que controlen los productos de mar.

Por otra parte, los niveles de radiación encontrados en un purificador de agua de la ciudad de Tokio exceden los límites considerados normales para niños menores de un año, por lo que las autoridades han aconsejado a los padres que no les den de beber agua del grifo a los bebés. Se ha detectado una concentración de yodo de 210 bequerelios por litro en muestras de agua del grifo, cuando el límite fijado por las autoridades japonesas es de 100 becquerelios por litro -para bebés-. A pesar de eso, el portavoz del Gobierno, Yukio Edano, ha pedido calma y ha asegurado que los adultos pueden ingerir agua del grifo sin que haya ningún riesgo para la salud, por lo que ha pedido a los residentes de Tokio que no acaparen el agua embotellada. "Tenemos que pensar en Miyagi, Iwate y otras áreas golpeadas por el desastre", ha explicado en rueda de prensa.

Según los resultados de las pruebas llevadas a cabo el lunes en los alimentos, los niveles de cesio encontrados son hasta 160 veces superiores al estándar de seguridad permitido. El Gobierno ha dado orden, asimismo, de que se incrementen las inspecciones de pescado y marisco, aunque muchos pueblos, puertos y barcos en la costa nororiental de Japón resultaron destruidos por la catástrofe, por lo que la industria está en gran parte paralizada. También ha prohibido el envío de leche y verduras desde la zona a otras partes de Japón. China, Corea del Sur, Taiwán y Tailandia han puesto en marcha controles para detectar si hay radiación en los alimentos importados desde Japón. En paralelo, EE UU ha prohibido ya la importación de algunos alimentos japoneses como leche, derivados lácteos, verduras frescas y frutos de algunas partes del país.

Por su parte, el ministro español de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, ha reconocido en Nueva York que España tiene que "aprender la lección de lo que ha sucedido en Japón" y ha asegurado que por ahora no se pueden cerrar centrales nucleares en España porque aportan cerca del 20 % de la energía nacional. "Una manera de apoyar a Japón es no crear una alerta sobre el tema nuclear, por ello España ha sido muy cautelosa al respecto", ha afirmado.

martes, 22 de marzo de 2011

Japón se toma un respiro


Las últimas noticias nos informan que Japón se toma un respiro, pero no equivocarnos con que puedan relajarse, ya que la situación continua siendo critica.Al parecer, los sistemas eléctricos de la central, como esperaban los más optimistas, han vuelto a funcionar, aunque no se sepa si con solo esto se "normalizará" la situación en Japón.
Por el bien de todos, esperemos que todo vuelva a la normalidad y que no se convierta en algo recordable con Chernobyl, si no que nos sirva como ejemplo para ver los riesgos que conlleva la energía nuclear, y replantearnos el dilema de si es justo a cambio de energía y dinero, correr tantos riesgos como acarrea dicha energía, o en cambio deberíamos empezar a dejar de lado la nuclear, y poner todos nuestros esfuerzos en energías renovables. Cada uno que recapacite sobre esta cuestión...