El accidente en una central nuclear de la prefectura Fukushima (norte de Japón) es ya el peor que se ha vivido desde la catástrofe de Chernóbil (Ucrania) en 1986 y los problemas siguen agravando. El sistema de refrigeración de emergencia del reactor 3 ha dejado de funcionar, según ha informado un responsable de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón. Este fallo, inesperado, se suma a los problemas ya sufridos en el reactor 1 tras el terremoto y el tsunami que asolaron el país, catalogados por las autoridades como de categoría 4. Esto equivale a un "accidente con consecuencias de alcance local" según la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES), que contempla como categoría máxima la 7. Solo en dos ocasiones se han registrado accidentes peores: se trata de la explosión en Chernóbil (categoría 7, "accidente grave") y de la fusión, en 1979, de un reactor en la central estadounidense de Three Mile Island (categoría 5, "accidente con consecuencias de mayor alcance"). La Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial japonesa ha informado de que el número de personas expuestas a la radiación tras la explosión podría haber llegado a 160. Tras probar diversos medios para tratar de enfriar el núcleo, el Gobierno ha dicho que va a tratar de rellenar con agua de mar, mezclada con ácido bórico, la estructura que contiene el reactor. Se trata de un método "sin precedentes", según ha dicho el portavoz gubernamental, Yukio Edano, porque los refrigerantes empleados no están consiguiendo su objetivo. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha dicho que las autoridades japonesas le han informado del inicio del proceso, así como de una reducción en los niveles de radiactividad en las últimas horas. En la parte más positiva, la operación es posible entre otras cosas porque la estructura que contiene el reactor no tiene daños, un dato importante si las peores predicciones se cumblen y el núcleo llega a fundirse. El Ejecutivo japonés también ha informado de que se están preparando para repartir entre la población cercana dosis de yodo, un elemento útil para prevenir el cáncer de tiroides, que fue una de las dolencias que más afectó a las personas expuestas a las radiaciones de Chernóbil.
La situación en Fukushima I, como también se conoce a esa central nuclear ubicada unos 240 kilómetros al norte de Tokio, fue a peor en la mañana de este sábado tras una fuerte explosión en una torre eléctrica situada cerca del reactor número 1. Se trata del mismo reactor en el que el viernes se elevó de forma alarmante el nivel de radiactividad y que obligó a declarar el estado de "emergencia de energía nuclear" ante la posibilidad de fugas radiactivas. Este sábado, el Ejecutivo de Naoto Kan no ha tenido más remedio que reconocer que ha habido pequeños escapes radiactivos, aunque ha dicho que estos no suponen ningún peligro porque, entre otras cosas, se encuentra acordonado un perímetro de 20 kilómetros a la redonda (y de 10 kilómetros en el caso de la central vecina de Fukushima Daini, también con problemas). Se calcula que 200.000 personas han sido evacuadas de esa área -170.000 alrededor de Daiichi y 30.000 en Daini, según datos facilitados por el OIEA- en la que solo pueden entrar los equipos de emergencia y expertos nucleares.
Entre esos equipos se encuentran unos 50.000 militares, movilizados por el Gobierno para tratar de controlar la situación. El objetivo es lograr que el sistema de refrigeración del reactor cumpla su función, algo que solo consigue a duras penas desde el temblor de ayer, y evitar así una explosión del propio reactor que desencadenaría un accidente nuclear fatal. Ninguno de los intentos emprendidos hasta ahora ha dado frutos. El Gobierno japonés ha hecho un llamamiento a la calma mientras investiga las circunstancias del accidente en la torre eléctrica. Pero la preocupación entre la población, enormemente impactada por el tamaño de la catástrofe, es fácilmente palpable incluso entre los japoneses que viven cientos de kilómetros de las centrales
El reactor de la planta de Tokai, a 120 kilómetros de Tokio, está siendo enfriado con uno solo de sus tres generadores eléctricos tras el fallo de los otros dos.- El primer ministro japonés asegura que el país afronta "la crisis más grave desde la II Guerra Mundial".- Las autoridades dan por supuesto que dos núcleos de las centrales de Fukushima se están fundiendo
Japón vive "la crisis más grave desde la II Guerra Mundial". Así lo ha dicho el primer ministro, Naoto Kan, en un nuevo mensaje dirigido a sus ciudadanos tras el terremoto y el tsunami que asolaron el país hace dos días. Mientras las autoridades siguen en alerta por el estado de emergencia en las centrales nucleares de Fukushima, hoy se ha sabido que otra central también está teniendo problemas. Se trata de la planta de Tokai, unos 120 kilómetros al norte de Tokio, cuyo reactor está siendo enfriado con un único generador eléctrico de los tres que tiene. Los otros dos de los que consta el sistema de refrigeración han fallado a consecuencia de la catástrofe. Además, la central de Onagawa, en la costa de la prefectura de Miyagi (la más próxima al epicentro del terremoto), ha declarado el nivel de emergencia más bajo tras detectar en su exterior niveles de radiactividad superiores a los permitidos, según ha informado el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). A priori, no parece un problema tan grave como los de Fukushima o Tokai, ya que la empresa que dirige la central de Onagawa, la Tohoku Electric Power Company, asegura que los tres reactores están bajo control y que no es un problema de funcionamiento. Según su versión, la radiactividad detectada proviene de las fugas en las centrales de Fukushima, a un centenar de kilómetros de allí. Diferente es la situación en esas plantas nucleares. En Fukushima I (también conocida como Daiichi) el terremoto afectó a tres de sus reactores a consecuencia de un fallo en el sistema de refrigeración. Hasta ayer, la principal preocupación era el reactor 1, donde no se conseguía enfriar el núcleo y se produjo una explosión que no afectó a la estructura de contención. Hoy las autoridades ya dan por supuesto que tanto en ese reactor como en el número 3 se ha producido una fusión parcial del núcleo. Lo más importante, mientras intentan enfriarlo, es que el contenedor esté en buenas condiciones para evitar una fuga descontrolada de radiactividad como sucedió en Chernóbil en 1986. Además, la acumulación de hidrógeno en una cámara de contención secundaria del reactor 3 hace temer precisamente una explosión similar a la que se produjo ayer. Tanto en esa central como en Fukushima II (conocida como Daini), con otros tres reactores afectados aunque en principio menos, se han tenido que hacer vertidos controlados de gases, que llevan partículas radiactivas, para aliviar la presión que soportan las estructuras. Esos escapes controlados han obligado a evacuar a unas 210.000 personas, según informaciones de la Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA).
Poco a poco, según se vayan actualizando las noticias intentaré mantener al día la entrada, porque sin duda, es algo que nos afecta a todos, una parte de nuestro mundo se encuentra en un peligro inminente, y sin duda, habrá que ver como termina todo y como actúan los gobiernos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario